
manos laboriosas te vistieron de gala,
cual gentil caballero de armadura y escudo
enfrentaste encumbrado la maldad e ignorancia.
Tu corteza herida sangra y mutilada
lucha día a día por permanecer,
más, brotecitos nuevos asoman y cantan
los pájaros que anhelan verte florecer.
Regálame amparo viejo amigo
quiero de tu savia bendita beber
para al desamor y las agresiones
con hojas de sueños pueda responder.
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