jueves, 25 de septiembre de 2014

                                                            ESCLAVOS

De la sábana me el río,
Los pies elevados sorprendidos
Corriendo livianos como el aire
Persiguiendo al ñu por su bramido.

De la nave me quedan rostros
Por la fiebre y el miedo consumidos
Espejos del horror y del dolor
Y el hambre de ese mar embravecido.

Me queda la súplica en la mirada
Huérfanos de sol y de luna,
El sueño del seno materno
Cantando una canción de cuna.

De estas costas vacías me queda sobre todo
La abundancia de cielo reflejada
Entre el verde y el azul inmenso
Paradójica libertad encadenada…

                                                                              DALU