ESCLAVOS
De
la sábana me el río,
Los
pies elevados sorprendidos
Corriendo
livianos como el aire
Persiguiendo
al ñu por su bramido.
De
la nave me quedan rostros
Por
la fiebre y el miedo consumidos
Espejos
del horror y del dolor
Y
el hambre de ese mar embravecido.
Me
queda la súplica en la mirada
Huérfanos
de sol y de luna,
El
sueño del seno materno
Cantando
una canción de cuna.
De
estas costas vacías me queda sobre todo
La
abundancia de cielo reflejada
Entre
el verde y el azul inmenso
Paradójica
libertad encadenada…
DALU