miércoles, 9 de abril de 2014

TANGO

Entregados a la bella melodía
me dejo fundir en el abrazo,
en ese instante somos solo uno
y juega el aire diluyendo trazos.

La soledad, mi eterna compañera
se queda suspendida en el umbral,
mi alma y mi nombre se transforman,
lo de afuera me parece tan banal!

Solo sé que soy luz en la penumbra
que en el vuelo te puedo acompañar
aunque de pronto no medien las palabras
aunque de pronto no quieras saber más.

Sin preámbulos decanto en instrumento
que se cierne a tu capricho y mi vestido
descubierto en el tecleo de tus dedos
esfumándose en el tajo permitido.

Y la ciudad no entiende que te amo
que el sábado me sabe a bandoneón
cuando me dejo arrastrar por la milonga
sos mucho más que un simple metejón.

Y hay veces que me pierdo en el milagro
pendiendo de un hilo el corazón,
! Qué importan solitarias noches
en esta oscura pieza de pensión !
                                                                          DALU